Nada se pone a prueba en los momentos de gloria, si acaso la espontaneidad y el sentido del humor. Pero cuando pinta bastos, la cosa cambia.
Empezado el año , he tenido mas situaciones delicadas que excusas para el disfrute. Pero en barranquismo, y en todos los ordenes de la vida, hay que prepararse para ambas. Cuando todo viene de cara hay que intentar no morir de éxito y disfrutar con mesura de lo conseguido, sin molestar pero sin dejar pasar la ocasión. Si lo que toca es una pequeña travesía por el desierto, se necesitaran caracteres fuertes, auto critica y coraje para reconducir la situación.
En lo grupos/ clubs.....etc....siempre hay componentes de referencia, que marcan el camino y sirven de escudo a los que por su bisoñez o exceso de celo, prefieren estar en segunda fila, No os empeñéis en crear uno, surgen por ley natura y son fácilmente reconocibles. Marzo Javi ( el del purito) y a Dani (que da tmbien esa sensación por lo que percibí ese día)son tres de ellos.
Son expertos en comunicación (dependiendo de las circunstancias) aunque su rol en el grupo les obliga a dar la cara mas de una vez. No tienen mucho que ganar pues cuando uno asoma la cabeza en plena faena sabe que en el fuego cruzado va a recibir algún balazo, a veces fuego amigo. Pero lo hacen, no se quedan parados, el dialogo es continuo, crispado, comprometido, necesario.
En fin, nadie se salva cuando el grupo se quiebra, mucho menos los que tiran de demagogia. Pero si en algún sitio encontraremos el punto de apoyo que inicie el descenso, no andará lejos de los que mas se la juegan.
No creo que en el Corte Ingles ni en el FNAC estén interesados en poner a la venta la crónica de esta salida. Es mas, ni siquiera creo que llegue a comercializarse. Es lo que tienen las actividades donde hay que hincar el hombro, no interesan ni aunque por el camino del descenso te avituallen con cervezas para reponer fuerzas.
Es lo que pasa cuando le comentas a la gente que hay que trabajar. Pero, como no hay mal que por bien no venga, esta salida - las ha habido peores, mucho peores y hasta el suicidio colectivo - casi nada. Sonreímos y enviamos un saludo cariñoso al tendido. Es posible que dejen de silbarnos de ahora en adelante, pero no se si es eso lo que queremos de verdad. Porque nos gustan los charcos mas que un tonto una tiza. Asumimos que somos unos gamberros.
Cuando quede con Javi ( el del purito) sabia a lo que venia y visto lo que me aconteció durante toda la semana, supondría que alguien me puso dos velas negras - cielo santo -. Por todas las cosas que me acontecieron la semana siguiente.
Lo de ahora es mucho peor, pero eso es otra historia.
La actividad fue organizada por el CEVI, "Club espeleologic de Vila-Real" Donde conocí a Dani y Raul dos compañeros de Marzo e integrantes del club.
Antes había quedado con Javi y Andres en Betera y desde allí nos dirigimos a Cirat donde almorzamos, de allí al barranco.
Nada mas empezar el barranco nos encontramos con un grupo delante que nos dejo pasar.
Bajados unos rapeles dejariamos instalados ya los primeros agujeros para instalar los químicos, . Al no tener como avisar al grupo que venia detrás de que no lo s tocaran se dejaría para una próxima visita.
Se montaría nueva instalación para bajar y se cambio coordino que estaba en mal estado, dejando uno nuevo.
Entre Dani y Javi hicieron los agujeros.
Andres
Raul
Marzo
Raul bajando una rapel.
Marzo
Andres.
Algunos de los tramos nos lo encontramos así, pero en casi toda la totalidad del barranco se había limpiado por parte del CEVI., hace años y los accesos estaban en muy buenas condiciones de paso.
En fin. El sabor del barranco, a cacaos en este caso, lo primero que nos pusieron en el bar cuando acabas la actividad. Al menos aquello no pudo con nosotros a mi se me puso cara de despiste. Daba la sensación de que me hubiera acostado una noche siendo podador y hubiera despertado allí, sin saber que demonios hacia ahí. Lo de podador es un ejemplo, no se vayan a molestar el noble gremio, cada vez mas escaso, que en tal oficio se desempeña. El caso, vamos a lo que vamos, es que apenas quedo rastro del barranco. Así que nos resulto un alivio llegar al bar del pueblo y ponernos como las motos antes de llegar a casa.
Hasta la próxima.
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