Llevamos unos meses del año en las que las sorpresas se están convirtiendo en algo habitual y, por lo menos a mi, lejos de molestarme, me acerca al recuerdo de cuando realizabas cualquier actividad y esta tenia sus vaivenes. Con grandes barranquistas, por supuesto, pero todo ello edulcorado con resultados imprevistos que afectaban a todos los grupos sin excepción.
Por aquellos tiempos se miraba de reojo a otros descensos, como por ejemplo en los alpes suizos, franceses o italianos. Quien nos iba a decir que con el paso del tiempo esa falta de actividad iba a residir en nuestras salidas, escondida tras la espectacularidad de las crecidas que por el pirineo uno buscaba cuando subía.
Esto no cambia nuestras predilecciones, pero estoy seguro de que acrecienta la satisfacción de cada nuevo descenso y, de paso, amenizaba el transito, que se había quedado en un mero tramite acumulador de barrancos.
Por delante quedan grandes momentos para disfrutar, porque con la humanización de estas salidas se recupera su identidad y aleja el fantasma de lo previsible. Hay que dar la bienvenida a los que empiezan, o a quien ose poner en duda la experiencia de aquellos que acumulan miles de barrancos en sus espaldas, y celebrar la presencia de los que les obligan a dar lo mejor.
Y no quiero dejar pasar la ocasión de homenajear a todos aquellos barranquistas que lo dan todo.
En fin, os dejo este vídeo que me han enviado, así mato dos pájaros de un tiro. Un nuevo descensor parecido al piraña que no tiene mala pinta, pero para mi gusto bastante caro y el descenso demostrativo del uso del mismo.
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