Fuente: El pais
La multinacional petrolera anglo-holandesa Shell advirtió en 1991 de los riesgos del cambio climático, pero después no actuó en consecuencia. Climate of Concern es el juego de palabras utilizado en inglés para titular un vídeo divulgativo de 28 minutos, filmado por la compañía, que ya advertía entonces “de las variaciones extremas de temperaturas, inundaciones, hambrunas y sus damnificados, que afectarían al mundo entero de seguir quemando energía fósil”. Redescubierta por De Correspondent, un portal periodístico digital holandés, la cinta indica la necesidad “de tomar medidas de inmediato, porque si bien el calentamiento de la Tierra no puede asegurarse de forma rotunda, muchos piensan que esperar hasta comprobarlo puede ser irresponsable”. Pensada para ser visto en escuelas y universidades, está fuera de circulación desde hace décadas. Shell dedica la mayor parte de sus inversiones a la explotación de combustibles fósiles, causantes de los gases de efecto invernadero. Este martes, la firma ha señalado que “reconoce los retos del cambio climático y el papel de la energía en mantener la calidad de vida de las personas”.
De Correspondent ha compartido su investigación con el rotativo británico The Guardian, y ambos recogen extractos de la filmación para demostrar hasta qué punto acertó Shell en sus predicciones. “Las islas tropicales que hoy apenas sobresalen del agua [en 1991] se volverán inhabitables para ser luego inundadas por las aguas (…) los acuíferos de las tierras bajas costeras del mundo, indispensables para la agricultura y el suministro urbano, serán contaminados”, indica el narrador, que acaba preguntándose lo siguiente: “¿Quién se ocupará de los refugiados del cambio climático en un mundo superpoblado sujeto a estos cambios extremos de temperatura?”.
La película admite la posibilidad de error de los modelos informáticos empleados para llegar a estas conclusiones, pero todas las posibilidades que plantea, los denominados escenarios del cambio climático, “alertan de lo serio del problema”. Una advertencia, sigue la grabación, “que hacen suya los científicos encargados de analizar el problema para Naciones Unidas”. “Lo que ellos predicen no es un cambio general y regular del clima. Observan variaciones frecuentes de las temperaturas (…) y se supone que si las aguas del mar se calientan, puede haber feroces y destructivas tormentas”. La cinta concluye llamando “a una nueva era de cooperación técnica y económica, porque los problemas, y dilemas, del cambio climático nos afectan a todos”.
Tom Wigley, experto en clima, jefe del departamento de Investigación Climática de la universidad británica de East Anglia (1978-1993) y uno de los científicos que colaboró en la elaboración del vídeo para la compañía Shell, ha declarado al portal periodístico holandés que “asombra lo acertado de las predicciones de hace 25 años teniendo en cuenta lo que sabíamos”. Un informe confidencial de la petrolera, fechado en 1986 y al que ha tenido acceso el diario británico, señala que la transformación prevista “puede ser la mayor registrada en la historia”.
El vídeo de 1991 aplaude el aumento de la energía eólica y sus molinos, pero según la ONG británica InfluenceMap, “Shell invirtió en 2015 unos 20,7 millones de euros en persuadir o presionar (lobby) contra las políticas destinadas a contener el cambio climático”. Patricia Espinosa, la diplomática y política mexicana elegida en 2016 secretaria ejecutiva de la Convención de Naciones Unidas para el Cambio Climático, ha dicho que las compañías petroleras “son indispensables para combatirlo y sin ellas no podremos transformar la economía; pero sus inversiones en el terreno de la energía limpia son todavía pequeñas”. En su reacción ante la publicación del vídeo de 1991, Shell ha añadido que lidera la producción de gas natural y del etanol obtenido a partir de la fermentación de caña de azúcar, el hidrocarburo y biocombustible menos contaminantes, respectivamente.
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