Reflexiones - Entre barranquismo y amigos.

Estaré en la montaña, con mi amigo (Javi el del purito) y algunos compañeros

 de estas grandes salidas. Cualquiera que se de una vuelta por aqui arriba, 

tendría que llevar un fajo de billetes para atender a una subasta que superara

 a los escurridizos Bin Landen. El olor fresco de la noche, el viento de julio 

lleno de humo de las chimeneas del refugio y el sabor de la hierba en el aire,

 mezclado con el brillo pulcro de los frontales, sera sustituido por el olor de

 esa torrada, el vino, la cerveza y una suave brisa que emana del aceite

 quemado del cordero, la cual establece un irreductible predominio en el 

perfume del ambiente.

El ruido de fondo de ese rió, ese murmullo que parece el de una cascada sin 

fuerza, o el predominio de los cánticos al aire, serán sustituidos por las risas

de todos nosotros, o por el estruendo de fondo de los animales salvajes, que 

se apoderan de la noche. Pero como nuestras conversaciones seran altas, 

tendremos la sensacion de que estamos alli, donde se suceden las escenas, 

incluso mas cerca, pues nos contaremos nuestras experiencias pasadas y 

podremos percibir la respiracion nuestra y el pulso mojada de nuestros 

musculos al salir de una poza.

Antes de que me acueste me alejare de la contienda verbal. Leere las reseñas

 ya arrugadas que han estado transitando de mano en mano, de ojo en 

ojo, al final engullido por sus letras y dibujos como si fuese una de las mas

 suculentas raciones. Al día siguiente, cuando ya comiencen las trompetas a

 anunciar la guerra y se mueva la cuerda como las aspas de un helicóptero, no

 quedara ningún momento sin tener su crónica en vivo, apasionada y volátil, ni decisiones sin tener en cuenta entre nosotros.

Cuando surja la tensión, un estallido de voces se oirá fuera del barranco, se

perderá por las laderas de la montaña llenas de pequeños ojos sentados en los

veladores que esperan el final de la contienda. La explosión de las gargantas

harán que tiemblen las aguas penumbrosas. Y hasta las gomas recias de las 

botas sentirán que los alcanza una onda explosiva.

Nuestro predominio, se enzarzara con furia, pero sin violencia, los Tirios y 

Troyanos. Y cada vez que los virtuosos hagamos de las nuestras, mostrando 

el arte, nos dirigiremos los unos a los otros diciéndonos lo que es descender

un barranco. En todo caso intuyo que todos tendremos nuestro momento. Hay 

tanta calidad en el descenso y tanto fuego en el barranco que nadie quedara

del todo insatisfecho. 

Si acaso cuando acabemos algunos nos enfrentaremos a la dicha y el silencio.

Pero hay que pensar que tendremos otra oportunidad, pues en esta guerra sin 

tiempo, siempre quedara una batalla sin librar. Abra siempre un nuevo duelo

 esperándonos en la cabecera del barranco que duerme su tumulto. En un 

barranco en el que queda, después de la contienda, una reseña del barranco

manoseado, tirada en el suelo, lleno de ojos que acompañaran el ultimo viaje

de sus letras por el viento. 

En fin, nos vemos la semana que viene. Me voy de viaje, es lo que deseo y es

lo que quiero. Hasta siempre amigos.  

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