En los próximos años, te van a distraer ideas,
sentimientos y personas. Aférrate al plan, que yo sé lo que te digo. Invierte
en viajar, que es invertir en vivir. Usa lo que te ganes para alejarte de vez
en cuando, que no puede haber perspectiva sin distancia. Vete y vuelve, y vuélvete
a ir. Créeme que nada te va a dar momentos de mayor felicidad.
Viaja joven, las circunstancias no harán más que
complicarse luego. Viaja lejos y viaja cerca. Viaja con tu gente más querida,
viaja solo; viaja soltero.
Sólo después viaja en pareja. Nada pone a prueba el amor
como viajar juntos, decía Mark Twain, viajero incansable y astuto que encontró
el amor, viajando.
Camina, camina, camina. Gástate los pies recorriendo
calles nuevas. Piérdete sin miedo. Habla con desconocidos, escucha todas las
historias, haz todas las preguntas. Come solo, come en bola, come sin prisa,
come en el camino. Come allá lo que nunca vas a comer acá. Lo caro y lo barato,
lo verde y lo rojo, lo duro y lo espeso.
Exprime cada día y cada noche. Emborráchate al menos una
vez en cada ciudad. Prueba todo aquello que no te mate en ese instante. Haz el
ridículo. Enamórate por un par de días. Ama en otro idioma. Habla en lenguas.
Toca la gloria.
Viaja con humildad, que es lo que garantiza la capacidad
de asombro. Asómbrate de lo épico y de lo simple, de lo extraordinario y de lo
mundano. Asómbrate de los olores, de los colores, de la naturaleza y de lo que
la gente hace con la naturaleza. Asómbrate del arte, del caos, del futuro y del
pasado, de lo exquisito y lo repugnante. Aprende sin soberbia y déjate arrollar
una y otra vez por el asombro, que es lo que hidrata al alma y el cerebro. Que
“viajar es fatal para los prejuicios, la intolerancia y la estrechez de mente”,
escribió Twain en sus crónicas. “Nadie adquiere una visión amplia, saludable y
generosa si se queda en una esquina de la Tierra toda su vida”, remataba.
Vas a ver que el mundo se va a hacer más pequeño. El obstáculo entonces será tu voluntad, o la falta de ella. Me habría gustado entenderlo más temprano. Que no te pase.
Por cierto: en el título digo “carta” por decir cualquier
cosa. En el futuro nadie escribe cartas. Ni siquiera cuando está de viaje.
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