Recuerdo la imagen de mi madre desde la puerta de mi casa a principios de los 80. Regresaba feliz con mi padre y su carnet de conducir aprobado a la primera. Aquello me pareció una conquista en una época no tan lejana en la que las cosas que hoy nos parecen sencillas tenían una complejidad enorme para las mujeres.
Muchas de sus amigas tuvieron ganas de emularla, pero no la valentía ni la oportunidad de poder ponerse al volante. Eran unos años entre cuatro paredes decoradas con prejuicios, estereotipos y discriminaciones con roles menores para nuestras mamas, arrinconadas, en su mayoría, por una sociedad machista e inculta, devaluadas en su extraordinario potencial, eclipsadas en sus méritos. Por lo general su profesión habitual era la de amas de casa, ademas de que mi madre trabajaba en la tienda todo el día, hasta que llegaba a casa por la noche. Un oficio el de ama de casa también maravilloso, por supuesto , al que los hombres no debían apuntarse.
Que mala educación, que tradiciones tan nocivas, que desperdicio se hizo con aquellas mujeres tan validas, tan decisivas en nuestras vidas. A día de hoy muchas mujeres practican el Descenso de Barrancos, escalada, deportes de riesgos solo al alcance de los hombres en tiempos pasados. La cifra es colosal, inaudita, tanto como la actitud. El cambio de mentalidad, todo eso las anima cada día a atreverse con cualquier cosa, es una de las revoluciones de nuestro tiempo.
Hoy día 8 de Marzo, Dia de la mujer trabajadora salen a pasear su orgullo. Enhorabuena, de corazón a todas, pero en especial a mi Madre y mi mujer Raquel que tanto quiero.
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