Carta de Valdés a Casillas
Querido Iker, Querido amigo.
En este mundo del fútbol, unos eligen ser portero, otros sin embargo deben aprender a serlo con sus defectos y sus virtudes.
Tú, eres y serás siempre de aquellos que nacen con un guante en cada palma de su mano, ese ídolo en el que residen las cualidades innatas que el resto deben alcanzar, esos ídolos en los que otros menos capacitados se fijan soñando que algún día puedan alzar, como tú, el trofeo que te reconoce como el mejor, nuestro campeón del mundo con el 1 a la espalda.
Eres, y por siempre serás la fuerza y la motivación de aquello que todo portero bajo palos sueña ser, alguien capaz de volar más alto y más largo que todos juntos a la vez, transformando lo impensable en posible, ejecutando a la perfección aquello por lo que suspiramos en cada acción cercana a nuestras redes, esa magnífica parada. Paradas que solo tú dominabas, en terrenos exclusivos para los elegidos , o a los que la "varita mágica" tocaba.
Amigo mío, es inevitable emocionarme al escribir estas líneas recordando lo vivido, admirando con cierta nostalgia aquellos grandes enfrentamientos en los que por supuesto tenerte delante me hacía valorar todo mucho más, y sin tú saberlo, por lo mucho que en cada entrenamiento juntos me aportabas. Todo un país por sus calles te aclamaba.
Querido Iker, querido amigo, como porteros que somos aceptamos sin temor y con el valor que nos identifica, ese peligro que la vida decide traer cerca de nuestra área, y en esta ocasión es más que una simple parada. Tu corazón, ese que todavía sigue latiendo por el bien de aquellos que hoy sueñan con alcanzar lo que un día fuiste, te reclama, y yo como amigo y rival de épocas pasadas, te animo a que seas de nuevo ese león blanco pero esta vez, detrás de la línea de banda.
Es tu legado el que te define, y ese ya es histórico.
Siempre en mis pensamientos, de portero a portero.
La Doble.
V.V.
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