Empieza el otoño.

Cada mañana cuando salgo de casa suelo encontrar a la misma hora y en

el mismo sitio al barrendero del barrio, a los que madrugan y desayunan en el 

bar. Algunos mas que otros se les ve mas atareados que de costumbre, por 

ejemplo el barrendero le veía recoger las múltiples  hojas caídas el día 

anterior. Pues el barranquismo suele tener su otoño.

Vuelven los barrancos cargados de agua (con retraso por el cambio climatico).

"No te olvides nunca, los fuegos del verano se apagan en el invierno de antes y 

los barrancos se empiezan a practicar cuando empieza la temporada de verano" 

Quien asi hablaba  era un sabio. Por eso los que barranqueamos durante todo 

el año o combinamos diferentes deportes de montaña les tenemos tanto respeto 

a esta fase de la carrera. Aquí ya no estamos en una encuesta, estos ya son

 resultados escrutados. 

Sin embargo, esta misma noche un compañero ha fallecido en el Barranco del 

Infierno de la Vall D'Ebo, el destino le ha obligado a parar repentinamente 

con su vida, un accidente mortal. (Aquí el reportaje en televisión) De nuevo 

revolotean muchos recuerdos en mi cabeza del pasado no tan lejano. Otros compañeros y amigos han sido rescatados en el mismo lugar. 600 l/m en seis 

días es una salvajada. Desde aquí todo mi apoyo a su familia y entorno, pero

 en especial ahora, a mis compañeros y amigos atrapados allí.

Es ante este tipo de noticias tan dolorosas (las otras llegan si o si) cuando nos

damos cuenta de que el barranquismo es solo una parte de nuestra vida y 

tendremos que prepararnos a conciencia el día que nos toque a nosotros 

directamente.

Este fin de semana me voy a la zona de Beceite. Barrancos secos 

cargados de agua. Espero y deseo que el tiempo nos acompañe y la suerte. Con

sus dos caras: una esta en manos del destino y la otra depende de nosotros. 

En fin, disfrutar de aquello que mas os apasione y os guste. Hasta la semana 

que viene.