Una vez mas, los barrancos nos han mostrado los dos colores, el blanco y el negro, que pintan el destino de los barranquistas. Este mundo sin matices residen dos únicos el de los que gana y el de los que pierden.
Sometidos a distintas exigencias, todos nosotros sufrimos la misma tension, pero hay un lugar debajo de la cascada, el territorio de quienes no lucha por la gloria, sino por la vida, donde los efectos del fracaso rozan la crueldad. Salirse de un barranco (sin causa justificada) es, ni mas ni menos, una representación de la derrota definitiva y, en ultimo termino, una imagen de la rendición incondicional.
Este corto, demuestra la ley de las compensaciones, la emocionante salvación de sus protagonistas, nos exige una dura contrapartida. Para ellos que salieron vivos, hay dos noticias, una mala y una buena. La mala es que recordaran esto para el resto de sus días; la buena, que sus males tienen remedio. Durante mucho tiempo vivirán en el piso de abajo con el recuerdo de ese día maldito. No es bueno vivir del pasado, pero tampoco lo es olvidarse de el, menos cuando puede servir, a modo de Oraculo de Delfos, para consulta permanente, pero dispondrán de poco tiempo para lamentar la mudanza: sin perder un minuto deberán hacer el equipaje, abrir la puerta y llamar al ascensor para poder ver la luz de nuevo. La vida sigue.
Es hermoso darle al espectáculo del barranquismo un toque de humanidad, y lo hago diciendo que mucho de lo mejor de este vídeo y de lo peor lo he vivido en algunas ocasiones con amigos y compañeros. El barranquista tiene que predecir, tiene que saber lo que va a pasar en el segundo siguiente. Es la mejor forma de estar listo para tomar una decisión. Si te sorprende algo, seguramente no lo contaras. Si sabes que pasara algo, si estas listo, es muy probable que aciertes tomando la decisión adecuada en su momento, probablemente salvando tu vida y las de tus compañeros y amigos.
En fin, en un post anterior ya comente sobre el desprecio que el entorno hace, hacia el barranco por el cual va a descender. Desconfiar y no creer que somos tan buenos, no se puede ser sublime sin interrupción, dijo un poeta. Este es uno de los mejores cortos que he visto, donde la parte humana de sus protagonistas, y esa sensibilidad radica en una aventura tan real como la vida misma. Aprender de el y recordarlo, ante todo la vida y dejarse la actividad por mucho que nos pese.
English Version.
French version.
Enlaces de interés:
No hay comentarios:
Publicar un comentario