En casi todas las cosas de la vida, uno se siente atraído por los proyectos que se asemejan a tu forma de pensar. ECH, es un grupo que reúne todas las virtudes con las que me siento identificado.
Las hazañas y las tragedias, aveces, se parecen demasiado. Y, en ocasiones, no se dan las primeras sin que aparezcan, infaustas, las segundas.
Meses después de la hazaña lograda por ECH en el Himalaya, una extraordinaria proeza, con el mayor descenso en la historia del barranquismo, se han convertido en leyenda. Su hermoso y exigente proyecto donde se consiguió uno de los retos mas exigentes por un grupo español, es una muestra de su capacidad y ambición.
Es verdad que alcanzar la cumbre de un ocho mil ya no conlleva las penalidades y sufrimientos de los primeros que los lograron (ahora tan masificado de alpinistas). Pero descender uno de los mayores barrancos, incluso con los mejores medios constituye una empresa de colosal magnitud, y de enormes riesgos al tener que ser los primeros en explorarlo.
Entre el mayor de los éxitos y la mas triste de las tragedias, a menudo, un desdichado resbalón antes de anclarte en una instalación o, incluso, pura mala suerte cuando te cae una tormenta ya dentro del mismo, te pueden llevar al traste todo lo estudiado. Solo con el esfuerzo y la ambición de campeones como ECH los humanos logramos vencer miedos y proyectarnos por encima de nuestros limites.
En fin, que vuelvan de nuevo y sigan haciendo historia, los dioses y sus montañas a veces nos dejan realizar los sueños mas grandes que jamas hubiéramos imaginado.
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